Mantener una temperatura
constante de aproximadamente 37º centígrados es vital para todas las reacciones
químicas complejas que se hacen en el proceso metabólico de nuestro organismo.
Incluso en el ejercicio más intenso, sólo 1 o 2 grados más caliente sería lo
óptimo. Cualquier otro aumento de temperatura en el cuerpo significa una caída
del rendimiento, y si realmente existe exceso de calor, incluso el agotamiento
por calor.
Pero no sólo el ejercicio
físico intenso afecta a la temperatura corporal. La temperatura ambiente y las
condiciones climáticas también varían enormemente durante los recorridos en
bicicleta, haciendo del trabajo del cuerpo por regular la temperatura más fácil
o difícil. Según varios estudios realizados, 10,5º grados centígrados sería la
temperatura ambiente óptima para el ciclista, algo verdaderamente difícil de
conseguir en verano o en diferentes franjas horarias del día. También una brisa
fresca ayudaría a mantener la temperatura corporal, pero no siempre hace brisa
y en ocasiones no es fresca sino todo lo contrario.
Mantener la temperatura
controlada
La principal manera del
cuerpo de reducir la temperatura es por la vasodilatación. Los vasos sanguíneos
cerca de la piel se dilatan y la sangre caliente se bombea a la zona más
superficial del cuerpo para enfriarse. El proceso de enfriamiento es acelerado
por la evaporación del sudor en la superficie de la piel. La mejor manera de
ayudar a nuestro cuerpo con estos dos procesos es usando la ropa adecuada.
Transpirable
La capa de ropa siguiente a
nuestra piel debe ser capaz de transferir el sudor de nuestra piel a la
superficie del tejido y evaporarla. No sólo será más eficaz para el
enfriamiento de nuestro cuerpo, sino que nos evitará la incomodidad de ir con
una camiseta empapada de sudor pegada a la piel. Con la misma finalidad, la
camiseta debería tener un tejido más ligero en las zonas más calientes del
torso, como las axilas o la columna vertebral, y una cremallera que permita
aliviar un poco el calor si la temperatura asciende demasiado.
Versátil: Con temperaturas
variables y un clima capaz de variar de soleado a lluvioso en cuestión de
minutos, la ropa debe ser adaptable según las necesidades. Resulta igual de
perjudicial un exceso de calor sobre la bicicleta que tener que soportar
temperaturas inferiores a lo que nuestro cuerpo necesita. La mejor manera de
lograr mantener una temperatura estable es llevando un cortavientos o
impermeable en la mochila, por si hay necesidad de usarlo y poder quitar y
poner la prenda en caso de necesidad.
Mantener la hidratación
correcta.
Como la termorregulación es
esencial para el metabolismo, nuestro cuerpo va a sudar, incluso si ello
significa que habrá deshidratación en el organismo. Es vital beber durante el
entrenamiento en bicicleta para reemplazar el agua perdida. ¿Cuánto hay que
beber? Depende de la tasa de sudoración, que puede variar de 0,5 a 2 litros por
hora, dependiendo de la persona y las condiciones exteriores.
La mejor manera de calcular
nuestra tasa de sudoración es mediante la comparación de nuestro peso antes y
después del entrenamiento, teniendo controlado el volumen de líquido ingerido
durante el mismo. Si después del entrenamiento nuestro peso + el volumen de líquido
ingerido es inferior a nuestro peso antes del entrenamiento, sin duda debemos
hidratarnos más.
Lo ideal sería beber
aproximadamente 1,5 veces la diferencia que exista en la báscula antes y
después del entrenamiento, sin contar el líquido ingerido. De esta manera nos
aseguramos una hidratación correcta sobre la bicicleta y acorde a nuestras
necesidades fisiológicas y nuestra tasa de sudoración.
El exceso de calor.
Los peligros de sufrir un
exceso de calor o los problemas derivados de la alta temperatura, así como sus
síntomas:
Agotamiento por calor:
Practicar ciclismo intenso
con altas temperaturas e hidratación o remplazo de electrolitos insuficiente.
Provoca sudoración
excesiva, debilidad, mareos y náuseas.
Calambres por calor:
Calambres en el abdomen
causados por la deficiencia de sal debida a la alta concentración de
electrolitos perdidos. Es necesario rehidratar con una bebida isotónica o de
electrolitos.
Síncope de calor:
Desmayo después de un gran
aumento de la temperatura corporal y disminución de la presión arterial.
Necesitamos sombra en un lugar fresco, líquidos y reposo en posición supina
para una total recuperación.
Golpe de calor:
La temperatura interna del cuerpo alcanza más
de 40º centígrados, causando vómitos, diarrea, convulsiones, confusión, coma e
incluso la muerte. Requiere hospitalización inmediata.
Ya sabéis chicos/as.
Disfrutar de la bicicleta de montaña con cabeza y, a ser posible, por la
sombra…
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